El rendimiento de Monasterio en esta carrera puntuable para los rankings de la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) confirma las buenas sensaciones que había transmitido en las dos primeras pruebas de la temporada. El pasado domingo un contratiempo en la parte final de la Aiztondo Klasika impidió que el de Navelgas acabara entre los mejores. Una semana más tarde el infortunio lo respetó en El Astillero y pudo exprimir su potencia en una llegada dominada por Andoni López de Abetxuko (Caja Rural).
El esprint en la recta de meta estuvo marcado por lo sucedido a falta de 1 km. Una caída en la parte delantera del pelotón llevó al suelo, entre otros, a Asier González y desorganizó el trabajo de colocación que estaban realizando los lanzadores de los velocistas. Miguel Ángel Fernández, la principal baza del Vigo-Rías Baixas y ganador de dos ediciones de esta carrera, también se cayó. Un accidente al que hay que añadir dos pinchazos a lo largo de la jornada.
Antes de dar con sus huesos en el asfalto, Asier González había lanzado un poderoso ataque cuando restaban 3 km para la conclusión, un demarraje que fue neutralizado, no sin dificultades, por el pelotón. El castellanoleonés del Vigo-Rías Baixas ya se había movido en la parte delantera de la carrera en la primera de la cinco vueltas al circuito de 25 km, coronando en tercera posición el Alto de La Venta.
Con combatividad y un doble Top-5, al ocupar la quinta plaza por equipos, el conjunto flúor cerró un productivo fin de semana que abrió subiendo al podio con Benjamí Prades en la clásica de Olot.