joao fonseca

Antes de descubrir el ciclismo de competición Swirbul fue campeón del mundo júnior de esquí. Su potencial físico llevó al Axeon Cycling Team, el afamado equipo de formación propiedad de Axel Merckx, a ofrecerle la oportunidad de dar el salto al máximo nivel sin haber participado nunca en una carrera de carretera.

Los resultados obtenidos sobre el asfalto en el campo profesional hablan por sí solos de la calidad del escalador de Colorado, de 27 años. En 2019 terminó segundo en la clasificación general del Tour de Langkawi y en esta última campaña, además de su décimo puesto en el campeonato de fondo de Estados Unidos, ha completado carreras como O Gran Camiño, el Tour de Suiza, la Volta a Portugal y la Cro Race, siendo en todas ellas uno de los mejores clasificados del Human Powered Health, equipo norteamericano de la categoría UCI Pro Team.

Un cambio de filosofía de la estructura a la que Swirbul ha pertenecido durante los tres últimos años, que ha decidido volcarse en los finales al esprint, ha ofrecido al Vigo-Rías Baixas una oportunidad que hace unos meses era impensable. El corredor afincado en Suiza recibió la noticia de que su contrato no iba a ser prolongado una vez que concluyó la temporada. Con las plantillas de los equipos profesionales prácticamente cerradas, y rechazando ofertas para regresar a su país dado que su preferencia es seguir en Europa, ha aceptado la propuesta olívica para relanzar su carrera.

Este acuerdo permite a la entidad flúor volver a disponer en su plantilla Élite-Sub23 de un ciclista de una categoría superior, de la misma manera que sucedió en su día con Willem Smit, ‘Chava’ Angulo o Benjamí Prades. La primera alta de cara al 2023 apuntala la ambición del plan diseñado por la directiva. La renovación va a ser profunda tanto en el cuadro de corredores como en el staff técnico.

 

 

Foto: Joao Fonseca