“Es un reto personal”, asegura Rodríguez, que inició su carrera como entrenador hace 16 años. Durante este tiempo ha dirigido a los conjuntos amateurs Salamanca Patrimomio de la Humanidad, Caja Castilla La Mancha y Alfus – Tedes. En el pelotón profesional ha formado parte de las estructuras del Extremadura, Tecos de México, Gios griego y colaborado con el Orbea. Además ha desarrollado su labor como formador en la Escuela de Ciclismo de Salamanca y en el Sanse Rotor, haciéndose cargo de su equipo junior durante las últimas cuatro temporadas.

En su decisión de regresar al campo Élite y Sub23, el técnico apunta que ha sido determinante “la confianza demostrada por el presidente José Luis”. Rodríguez llega con las ideas claras: “Hay que darle un giro al proyecto. El equipo ha cumplido un ciclo y es muy difícil llegar más alto en esta categoría”.

“La plantilla va a empezar prácticamente de cero, pero esas cosas al final son las que te gustan”, señala el nuevo director de la escuadra del Val Miñor, que ya trabaja mano a mano con la dirección del club para confeccionar el cuadro de corredores para la temporada 2018: “No está todo inventado y para ser un gran equipo se pueden hacer las cosas de otra manera. El Rías Baixas ha sido el mejor ejemplo de ello durante los últimos años. Apostaremos por la juventud pensando a largo plazo”.