Subcampeón de España y séptimo de Europa en duatlón, la natación es lo que más se le sigue resistiendo. «Empecé a nadar con más de 30 años y la adaptación cuesta más. Hubo que trabajar mucho, porque es un deporte técnico y difícil, pero estoy contento con el resultado». E igual que no le cerró la puerta al agua, no lo hace con nuevas posibilidades que le puedan surgir. «Me gusta todo lo que tenga que ver con la montaña y con el fondo. Ahora estoy con el triatlón y sigo con el ciclismo, pero a medio plazo, si surge cualquier desafío, no digo que no a nada».
Agenda imposible
Rodríguez admite que tiene una «agenda imposible» confeccionada por competiciones de los tres deportes. Lo es en cuanto a fechas, y también en el terreno económico. «Hay carreras núcleo en torno a las que gira la elección del resto. Pero económicamente cuesta mucho», señala. El presupuesto ha sido la causa de su renuncia al ironman de Hawái que se había planteado correr. «Exigía estar en clasificaciones internacionales corriendo un mínimo de cinco carreras por todo el mundo y no me lo podía permitir», lamenta.
Sus próximos objetivos son el mundial y el europeo, pero en la segunda parte del año quiere correr dos o tres y mejorar su actuación del año pasado en Florida. «Era el segundo que corría e hice una buena marca. Pero también sé que tuve muchos fallos y eso me da la motivación de que puedo mejorar bastante».
A veces, la lucha económica es más dura que la del crono. «Hay que llamar a muchas puertas. Lo que se gana depende de los resultados y el dinero no es para ganancias, simplemente es para poder seguir».
El ciclista es la gran baza del Rías Baixas para el gallego de fondo en carretera de Baiona