La dos pruebas organizadas por el Club Deportivo Bembibre Ciclista reunieron un pelotón formado, nada más y nada menos, por 200 ciclistas. Con un recorrido de 92 kilómetros, salpicado con repechos, se abrió el fin de semana con la segunda edición de la carrera de Valdefresno.
El Eolo Kometa marcó el paso y tensó mucho la cuerda en el tramo final. El ritmo de los representantes de la Fundación Alberto Contador lo resistió Gonzalo Gallego con fuerzas suficientes para meterse en el esprint por la victoria y quedarse a las puertas del top-10. En un segundo grupo entró Javier Sanz (69º) y Sergio Calvo (85º) también alcanzó la línea de meta.
Al día siguiente, el XXIX Memorial Chely Álvarez se convirtió en un ejercicio de supervivencia y no solo por un trazado en el que se acumulaban 1500 metros de desnivel positivo en 86 km. Hubo muchos nervios, tensión y las caídas obligaron a que se parara durante media hora la carrera. Entres los corredores que se fueron al suelo estuvieron Gallego y Sanz. Ninguno de los dos se hizo daño, pero no pudieron completar el recorrido porque cuando estaban persiguiendo al pelotón una jueza árbitra se equivocó al indicarles el camino y quedaron fuera de competición.
En el grupo delantero aguantó Calvo hasta que faltaban 15 km y el infortunio se cebó con el representante flúor en el último repecho: sufrió una avería mecánica y se vio relegado a cruzar la línea de meta en el puesto 57. Una jornada dura en todos los aspectos, aprendizaje en estado puro para los juveniles del Vigo-Rías Baixas.