El velocista cántabro era la baza de la formación que lidera el ranking Élite de la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) en los 149,5 kilómetros de la segunda jornada de la ronda zamorana. Una etapa para rodadores, con inicio en Valcabado, y en la que el trabajo colectivo de los pupilos de Marcos Serrano dio sus frutos.
“El día se hizo algo pesadillo, había aire, mucha tensión y pasos por pueblos estrechos. El equipo estuvo de diez. Ha sido un final muy loco, pero tuve a todos mis compañeros tirando desde que faltaban 30 kilómetros”, señaló Fernández, que antes de levantar los brazos en Benavente pasó en segunda posición por la Meta Volante de Colinas de Trasmonte, a 12 km para la conclusión de la etapa.
Segundo clasificado el pasado domingo en la Copa de España de Ontur, el esprínter élite del Vigo-Rías Baixas cambió de estrategia y acertó: “Cuando quedaban 3 km me colocaron muy bien y vi que la gente se lanzaba muy pronto. El domingo pequé de valiente arrancando muy lejos y esta vez esperé hasta el final. Entré el primero en la curva y aguanté hasta la meta”.
Esta victoria de Fernández, la segunda desde que viste el maillot flúor, prolonga el idilio de su equipo con el 14 de julio y la Vuelta a Zamora. El Vigo-Rías Baixas celebró hace exactamente cinco años un triunfo parcial de José Manuel Gutiérrez en Trabazos y el año pasado Mauricio Moreira se adjudicó en Villardeciervos la contrarreloj inaugural en esa fecha mágica para la estructura viguesa.
En la general de esta edición, Benjamí Prades gana un puesto y se sitúa noveno cuando quedan por delante las dos etapas más montañosas. Este jueves, en la previa de la jornada reina, el perfil de los 142 km entre Fonfría y Ríofrío de Aliste presenta cinco puertos, tres de 3ª categoría y dos de 2ª. La última subida puntuable se corona a 39 km de la meta.
Foto: Sprint Final