El recorrido de 163 kilómetros por la Ribeira Sacra empezó con muy malas noticias para el conjunto flúor porque Miller no pudo evitar irse al suelo en el kilómetro 30. Pese al fuerte impacto, el estadounidense decidió seguir en carrera y contactó con el pelotón. Fue esa reincorporación al gran grupo la que llevó a los jueces árbitros a sancionarlo al final de la etapa.
Tras el accidentado arranque, la jornada se enderezó para el Vigo-Rías Baixas. Álvaro Carasa generó la escapada del día a la altura del kilómetro 60. El ciclista afincado en Balmaseda y sus tres acompañantes llegaron a disfrutar de una ventaja de 6 minutos.
La aventura del cuarteto concluyó en las rampas del último puerto, el alto de San Pedro de Líncora. En este puerto de 2ª categoría, que arrancaba una vez se cruzaba el puente de Belesar, Miller despejó cualquier duda sobre las consecuencias de la caída. Ocupó en todo momento las primeras posiciones en el selecto grupo de los corredores más fuertes de la carrera y antes de coronar lanzó un ataque al que solo pudieron responder Fernando Tercero (Eolo Kometa) y Édgar Cadena (Telcom).
Los tres pasaron en cabeza por la cima y en los 16 kilómetros que faltaban hasta meta, primero de descenso y después de constante subida, no permitieron que una veintena de corredores los alcanzaran. Cadena se impuso en los metros finales, Miller entró tercero a 3 segundos y 8″ más tarde llegó el grupo perseguidor.
En la general, el estadounidense se hubiera situado sexto a 1:06 del líder, pero la sanción lo arrastra al puesto 20 antes de que la Volta viva este sábado su etapa reina. En 114 kilómetros se acumulan más de 3.000 metros de desnivel y la meta estará ubicada en la Estación de Montaña de Manzaneda, puerto de 1ª categoría.
Foto: Álvaro García / FCG